PERÚ, OTRA VEZ EN CRISIS POLÍTICA: VACANCIAS, DESLEGITIMACIÓN Y EL RETO ELECTORAL DE 2026

La destitución de Dina Boluarte no es un hecho aislado ni sorpresivo en la política peruana. La recurrencia de la vacancia presidencial como mecanismo de resolución política ha profundizado la percepción de que el sistema está colapsado desde dentro: multiplicidad de partidos débiles, un congreso más fuerte que el poder ejecutivo y una ciudadanía cada vez más descreída.

En nueve años, el país tuvo 6 presidentes; 2 elegidos democráticamente y 4 por sucesión constitucional. 4 de ellos fueron corridos de su cargo cuando el congreso aprobó la “incapacidad moral permanente”

  • 🗳️ Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018). El Congreso lo señaló por presuntos vínculos con la empresa Odebrecht. Su renuncia llegó antes de la votación, pero la moción de vacancia marcó el fin de su gestión.
  • ⚖️  Martín Vizcarra (2018-2020) también fue destituido por incapacidad moral. El 9 de noviembre de 2020, el Congreso aprobó su vacancia tras acusaciones de haber recibido sobornos durante su gestión como gobernador de Moquegua. 
  • 🗳️ Pedro Castillo (2021-2022, Boluarte era su vicepresidenta). El Congreso aprobó su vacancia inmediata luego de que intentara disolver el Parlamento y anunciar un “gobierno de excepción”. En la Resolución Legislativa que declaró su destitución, se afirmó que el exmandatario buscó “usurpar funciones públicas, impedir el funcionamiento de los poderes del Estado y violentar el orden constitucional”.
  • ⚖️ Dina Boluarte (2022-2025). La incapacidad del gobierno para hacer frente a la crisis de seguridad ciudadana, caracterizada por el aumento de la delincuencia y el crimen organizado, fue el principal argumento para la destitución. 

Es LA pregunta. En la Constitución peruana no hay ningún tipo de explicación. 

Artículo 113 Vacancia de la Presidencia de la República. La Presidencia de la República vaca por: 1. Muerte del Presidente de la República. 2. Su permanente incapacidad moral o física, declarada por el Congreso. 3. Aceptación de su renuncia por el Congreso. 4. Salir del territorio nacional sin permiso del Congreso o no regresar a él dentro del plazo fijado. Y 5. Destitución, tras haber sido sancionado por alguna de las infracciones mencionadas en el artículo 117 de la Constitución.

Por lo que la respuesta parece ser: lo que interpreten los congresistas de turno. En la práctica, es la herramienta legal rápida para destituir presidentes cuando entienden que hay conductas incompatibles con el ejercicio del poder ejecutivo o cuando los presidentes ya no tienen apoyo popular y del congreso. Necesitan 87 votos afirmativos de 130 para aprobarlo.

 Es cierto que tienen otra herramienta constitucional: el juicio político (art. 99 y 100 de la Constitución). Pero éste se basa en un delito concreto y, aunque el congreso peruano es unicameral, los tiempos son un poco más extensos. 

Perú transita un camino sinuoso entre un presidencialismo débil y un parlamentarismo excesivo. El congreso peruano apoya a los presidentes hasta que dejan de serle útil y luego los destituye. Lo que debería ser un mecanismo de control constitucional terminó siendo una herramienta de desgaste político constante. Un círculo del que nadie parece poder salir. 

Tal como lo establece la constitución, el próximo año habrá elecciones presidenciales y legislativas en Perú. Además de nuevo presidente, los peruanos elegirán a diputados y senadores, dando así lugar a un nuevo Congreso bicameral después de 30 años. 

Las próximas elecciones pueden ser una oportunidad o una repetición. 

Una oportunidad de lograr la tan ansiada estabilidad política con una transición ordenada que lleve a la legitimación de las instituciones democráticas; o una repetición de lo ya conocido: alianzas políticas sólo por ansias de poder que llevan a los peruanos a mayor descontento, presidentes débiles y un congreso amenazando con destituciones exprés.

La situación actual de Perú hace difícil pensar en una estabilidad política duradera en el corto plazo. La alta fragmentación partidaria y el descontento social con las instituciones democráticas demuestran que Peru necesita que se construya legitimidad

La fragmentación se puede ver claramente en la cantidad de partidos que están peleando un lugar en el nuevo congreso bicameral: según un informe de Human Right Watch de este año, se esperan que participen casi 50 partidos!

El descontento social y la falta de confianza en las instituciones está plasmado en el informe de Latinobarómetro de 2024. 

Y el principal motivo de este descreimiento es la corrupción. Los presidente acusados de corrupción fueron destituidos, pero no sólo ensucia al Poder Ejecutivo. Hoy, la mitad de los diputados que votaron la destitución de Boluarte están investigados en causas de corrupción y otros delitos, según informe de Human Right Watch. 

Perú es el país que se auto percibe como el más corrupto, ubicándose en el 8.2 en una escala del 0 al 10, donde 10 es ‘totalmente corrupto’.”
“Esta percepción puede explicar mucho de la desafección con la política, los gobiernos y los Estados.”
(Latinobarómetro 2024, )

Perú no necesita solo elecciones: necesita algo mucho más difícil, reconstruir legitimidad en este contexto.

La caída de Boluarte no fue un final. Fue un síntoma más de una democracia que lleva años enferma, y que todavía busca un tratamiento que funcione.

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